Tu música o yo
Casi todos los músicos hemos pasado por algún problema con nuestras parejas causado por este amor que tenemos por tocar o cantar.
Puede ser por celos a nuestros fans actuales o futuros, existentes o virtuales. Algunas veces por el tiempo que dedicamos a nuestra actividad, otras por los viajes, por la falta de vida privada cuando somos famosos o simplemente por no claudicar en un sueño poco probable cuando no lo somos. (¡Pero lo seremos, seguramente! Bueno, casi seguramente….)
Conozco el caso de un médico/músico que le decía a su esposa que tenía una cirugía solo para ir a tocar su guitarra a lo de un amigo.
Ni hablar de una chica guitarrista tratando de convencer a su esposo que saldría de gira con su banda (de HOMBRES, ¡un horror!) pero que nada tenía con alguno de ellos, que se quedara tranquilo…en diez días estaría de regreso.
En buena medida escuchamos estas historias a la largo de nuestra vida de artistas y nos vamos preparando para cuando nos toque.
Si hay algo difícil de aceptar en una pareja es el hecho de no ser “prioridad” en ciertos momentos. Y las actividades artísticas se encargan de ponernos en ese brete cada tanto. Si estas componiendo, o ensayando, o en medio de un show, tu pareja no es tu prioridad. Quizás lo sea una vez que termines, pero no en ese lapso. ¿Esto te parece duro, o malo? Si es así, se equivocan los dos.
Nuestra actividad tiene la particularidad de basarse en el amor que le tenemos. Digamos: uno puede tener muchísimas profesiones “a la fuerza”. Por factores económicos, presiones sociales o tradiciones familiares, podemos caer en el error de dedicarnos a algo que no disfrutemos. Pero.. ¿Conoces algún artista a la fuerza?... "¡Uy, que mala suerte tengo! ¡Me he tenido que dedicar a producir discos!"
Este amor convierte a tu pareja en un “ménage à trois” constante. Si no están de acuerdo los tres, no funciona.
Las parejas de músicos tienen que aguantar muchas cosas difíciles. Gente deseosa de “apoderarse” del artista (ya hablaremos de los fans en otra ocasión), ausencias de todo tipo, falta de reconocimiento, invasión, falta de seguridad económica (en la mayoría de los casos) y demás plagas bíblicas.
También disfrutan de lo bueno (cuando exista): Viajes, dinero, posición social, puertas que se abren. Pero la balanza oscila todo el tiempo.
Mi primera esposa me conoció cuando ensayaba en un garage con una banda que nunca grabó, tocó en dos o tres bares (poniendo plata, como sucede en Argentina) y jamás viajó sino hasta el barrio de al lado. Unos años mas tarde Soda nos “separaba” por tres meses en nuestra primera gira latinoamericana, nuestro teléfono sonaba todo el día con gente desconocida y las fans tocaban el timbre en casa y la insultaban solo por ser mi mujer. Cuando decidí salirme, todo “volvió a la normalidad” y el matrimonio duró menos de un año mas.
"Me acostumbré a vivir con vos, después tuve que acostumbrarme a vivir sin vos. Hoy debo acostumbrarme a vivir con vos otra vez", me dijeron regresando de una gira.
Hoy, a mi esposa le es más fácil. Ya no viajo TANTO, no más fans desesperadas, menos inseguridades. Menos farándula. Menos shows…menos premios…Buaaaaaaaaaaa!!!
Hemos escuchado o vivido (aunque no es mi caso) la situación de: Tu música o yo. Y SIEMPRE ganará la música, aunque no lo parezca, ya que en algún momento la frustración aparecerá y cobrará su factura.
Es así amigos: Esta vida de músico va a terminar matándonos.
Puede ser por celos a nuestros fans actuales o futuros, existentes o virtuales. Algunas veces por el tiempo que dedicamos a nuestra actividad, otras por los viajes, por la falta de vida privada cuando somos famosos o simplemente por no claudicar en un sueño poco probable cuando no lo somos. (¡Pero lo seremos, seguramente! Bueno, casi seguramente….)
Conozco el caso de un médico/músico que le decía a su esposa que tenía una cirugía solo para ir a tocar su guitarra a lo de un amigo.
Ni hablar de una chica guitarrista tratando de convencer a su esposo que saldría de gira con su banda (de HOMBRES, ¡un horror!) pero que nada tenía con alguno de ellos, que se quedara tranquilo…en diez días estaría de regreso.
En buena medida escuchamos estas historias a la largo de nuestra vida de artistas y nos vamos preparando para cuando nos toque.
Si hay algo difícil de aceptar en una pareja es el hecho de no ser “prioridad” en ciertos momentos. Y las actividades artísticas se encargan de ponernos en ese brete cada tanto. Si estas componiendo, o ensayando, o en medio de un show, tu pareja no es tu prioridad. Quizás lo sea una vez que termines, pero no en ese lapso. ¿Esto te parece duro, o malo? Si es así, se equivocan los dos.
Nuestra actividad tiene la particularidad de basarse en el amor que le tenemos. Digamos: uno puede tener muchísimas profesiones “a la fuerza”. Por factores económicos, presiones sociales o tradiciones familiares, podemos caer en el error de dedicarnos a algo que no disfrutemos. Pero.. ¿Conoces algún artista a la fuerza?... "¡Uy, que mala suerte tengo! ¡Me he tenido que dedicar a producir discos!"
Este amor convierte a tu pareja en un “ménage à trois” constante. Si no están de acuerdo los tres, no funciona.
Las parejas de músicos tienen que aguantar muchas cosas difíciles. Gente deseosa de “apoderarse” del artista (ya hablaremos de los fans en otra ocasión), ausencias de todo tipo, falta de reconocimiento, invasión, falta de seguridad económica (en la mayoría de los casos) y demás plagas bíblicas.
También disfrutan de lo bueno (cuando exista): Viajes, dinero, posición social, puertas que se abren. Pero la balanza oscila todo el tiempo.
Mi primera esposa me conoció cuando ensayaba en un garage con una banda que nunca grabó, tocó en dos o tres bares (poniendo plata, como sucede en Argentina) y jamás viajó sino hasta el barrio de al lado. Unos años mas tarde Soda nos “separaba” por tres meses en nuestra primera gira latinoamericana, nuestro teléfono sonaba todo el día con gente desconocida y las fans tocaban el timbre en casa y la insultaban solo por ser mi mujer. Cuando decidí salirme, todo “volvió a la normalidad” y el matrimonio duró menos de un año mas.
"Me acostumbré a vivir con vos, después tuve que acostumbrarme a vivir sin vos. Hoy debo acostumbrarme a vivir con vos otra vez", me dijeron regresando de una gira.
Hoy, a mi esposa le es más fácil. Ya no viajo TANTO, no más fans desesperadas, menos inseguridades. Menos farándula. Menos shows…menos premios…Buaaaaaaaaaaa!!!
Hemos escuchado o vivido (aunque no es mi caso) la situación de: Tu música o yo. Y SIEMPRE ganará la música, aunque no lo parezca, ya que en algún momento la frustración aparecerá y cobrará su factura.
Es así amigos: Esta vida de músico va a terminar matándonos.
Comentarios
Y que pena lo de tu primera esposa, pero bueno aveces deben pasar ciertas cosas en la vida para saber bien que se quiere de la vida y que no. Tu actual esposa debe sentirse más tranquila no!
y como será eso de las fans! wao nunca he sido fans desesperada! pero creo comprnder a tu primera espos, pobre la insultaban sin ella tener culpa! pero bueno asi es la vida no!
Ah..gracias por tu bienvenida al este mundo bloggero!!!
Beso.
Insisto: éxito quizás no significa ganar plata. (Sin embargo hay que hacer comerciales de cerveza para tener un billete extra, no?)
NUNCA puede ser una pérdida de tiempo pensar en lo que nos hace felices. El problema de no conseguir éxito (como quiera cada uno de nosotros verlo) es la frustración que provoca. Ojo que entiendo a que te referis, pero creo que solo estas relacionando el éxito con el dinero. Napo, hace shows y graba discos...¿para que? ¿para que nadie vaya o los compre? No...lo hace para tener la satisfaccion de saber que alguien comparte su arte. ESE es su éxito.
Y todo eso te desbarata y te da fuerzas para volver a intentarlo una vez que re reconstruyes y te reformulas... Gracias a Dios la música no es como las neuronas, y se regenera, porque en definitiva no lo pierdes...
¿El éxito? El gran dilema, loco. Acá muchos asumen que tener éxito (reconocimiento y ganar algo de dinero) es sinónimo de mala calidad, cuando no hay nada de malo en que un número considerado de personas escuche lo que haces y lo disfrute... Sin embargo el punto medular es lo que disfrutas haciendo, lo que de esa energía pasa seguir dándole... amí, con tener una buena melodía que me ponga los pelos de punta me hace sentir el hombre más exitoso del planeta.
un abrazo, loco
Voy a estar chequeando tu blog con más peridiocidad. Por ahí te coloco el link en el mío
No concibo imaginar mi vida sin la música, y eso es en parte a los tipos como ustedes, Daniel y viejo Napo
Saludos
A1ex
buscando en internet si se podia vivir de la musica. me tope con esto.
mi pasion en la musica es tan grande que cada dia estoy mas encerrado en ella.
A pesar de tener 24 años aun discuto con mi familia sobre mi futuro.
Las carreras que arranque para compacerlos que claudicaron rapidamente. las peleas con mis novias por ensayos o preferir quedarme en mi casa componiendo a salir con ellas.